Viejito

Ayer cuando pensaste que dormía, hablaste de mí. Pero entendí que no era la misma charla que podías tener hace tiempocuando contabas con alegría mis anécdotas.
Escuché que quieres regalarme, que ya no soportas mis gruñidos…
Es cierto, ya estoy viejo y no juego con vos como antes.
No es que no tenga ganas, al contrario, quisiera demostrarte
todavía lo feliz que me hace estar a tu lado y recibir tus caricias, pero estoy tan cansado…….
Parece que fue ayer cuando llegué a tu casa y entablamos nuestra hermosa amistad…
Cuando volvías del trabajo salía corriendo a buscarte saltando y moviendo la cola.
Hoy, te veo llegar desde mi rincón y te muevo la cola, y busco tu mirada, pero vos pasás indiferente a mi lado.
Te enojás conmigo porque molesto, porque tengo olor…
Me vas corriendo de tu paso con patadas.
No ves que mis ojos te buscan continuamente?
Espero esa caricia de la mañana, los paseos…
Cómo puede ser que te hayas olvidado de tantas cosas?
Del orgullo que sentías al tenerme?
De cuando ese hombre nos dio un susto y me puse alerta para dar mi vida por vos si hacía falta?
No le temo a la muerte, aunque sé que está cerca.
Me lo dicen mis huesos doloridos….

Le temo al abandono, a tu desprecio.
Eso es lo que más siento dentro de mi ser y me aterroriza la idea de estar lejos de ti cuando llegue mi momento…
Si pudieras entender mi mirada cuando te busco, comprenderías que sólo te pido pasar mis últimos días a tu lado.
Porque sólo a tu lado me siento seguro….

Si tenés un “viejito” no lo abandones.
Si no, recordá que muchos esperan y esperan en refugios.
Adoptá un viejito y dale en sus últimos años todo el amor que quizá nunca recibió.